domingo, 6 de septiembre de 2015

IGNOTO- D. A. VASQUEZ RIVERO.




IGNOTO

¿Por qué me preguntas eso?
Ya basta, vida, no insistas,
que no es amar un proceso
sujeto a puntos de vista.
¿Importa saber si beso
desde un enfoque empirista?
¿Por qué abordar este asunto?
¿El beso no es beso, y punto?

Figúrate que ignorante
sería quien sostuviera,
sin más, conclusión tajante
de la siguiente manera:
"Es secreción del amante
y síntesis de quimeras
el beso que en labios fragua."
(Creyéndolo apenas agua).

Al beso, mimo o caricia
o a un aluvión de emociones
no haremos nunca justicia
tratándolos como "acciones".
No son ideas ficticias,
sino que son intenciones
del alma buscando mieles
con que pegar nuestras pieles.

Y así cual por agua llegan
saliva, sudor y llanto
y en la epidermis que riegan
derraman salado manto,
(bien sabe Dios) no reniegan
de bendecir con su encanto
a alguna voz que, atrevida,
romance exija en su vida.

¡Romance de cuerpo y mente!
La clave, me ha dicho un sabio,
es entender simplemente
que es flojo choque de labios
un beso sin aliciente
de ensoñación; y resabio
nos queda en la boca cuando
en vez de amar se está actuando.

Pensemos sólo en el acto
de acariciar, ¿qué sucede?
Tu mano presta su tacto,
mi cuerpo su piel le cede;
mas cuando celebra un pacto
tu mano con mi alma, puede
cauterizarme los poros
al roce en mayor decoro.

¿Tú crees que sin motivo
la lágrima da su vida
sabiéndose paliativo
ante las penas y heridas;
cristal, diamante expresivo
de orgullo o suma alegría?
¿Cuán relevante se vuelve
el tiempo en que se disuelve?

Si su caudal es correcto,
si se desliza agraciada,
las huellas de su trayecto
si es tibia, fría o helada;
textura, color, aspecto
y viscosidad son NADA.
Al verla mojar mejillas
cualquier corazón se astilla.

Por eso, dime, ¿conviene
escudriñar con teoremas
la forma que el alma tiene
de exorcizar sus dilemas?
Por algo su risa obtiene
favores, su llanto quema
y su sudor es derroche
de amor para nuestras noches.