CHEER-UP
Despídete
del vestido brocado en melancolías,
¡Arráncale
sus botones de lágrima congelada!
Y, por
favor, ya no ocultes tus gracias y simpatías
cual pálidas
crinolinas que mueren acartonadas.
Enséñame
tus afeites, enseña tus maquillajes,
enciéndete
las mejillas con virginales rubores.
Quisiera
que se disuelva la espuma negra de encaje
y el
velo triste que cubre tu rostro de mil colores.
¿Engaños?
Sean tijeras, filosas como diamante,
cortando
con los errores de aquel amor impulsivo
que tuvo
origen de seda, en apariencia brillante,
más tuvo
final de yute, bien áspero, bien esquivo.
Acércate,
ven, engasta los húmedos besos míos
en
cadenitas, collares, camándulas lujuriosas.
Por cada
mirada clara, por cada vez que me río
regálate
gargantillas. ¡No temas ser vanidosa!
Corónate
los cabellos con dos criselefantinos
palillos
en un rodete (formado por red y broche);
y sea el
primero de ellos tu corazón femenino,
y sea el
segundo, vida, mi amor de infinitas noches.