CLAUSTRO
Detrás del vano mínimo agrietado por el tiempo,
pasando los losanges de oxidada celosía.
Tan lejos e inmutable, tan afuera de este encierro,
está la vida.
Sobre el techo de escayola macerada por goteras,
al pasar el entramado de conductos y alfajías.
está la vida.
Sobre el techo de escayola macerada por goteras,
al pasar el entramado de conductos y alfajías.
Donde el sol dora las ramas, en los nidos de azotea,
está la vida.
Ya cruzando la pared atiborrada de almanaques,
donde hay ruido de palomas y de autos y bocinas,
donde cambian las veredas, los arbustos y graffitis,
está la vida.
Por debajo del cemento que congela mis pisadas;
más abajo, donde fluye el desaguar de alcantarilla.
está la vida.
Ya cruzando la pared atiborrada de almanaques,
donde hay ruido de palomas y de autos y bocinas,
donde cambian las veredas, los arbustos y graffitis,
está la vida.
Por debajo del cemento que congela mis pisadas;
más abajo, donde fluye el desaguar de alcantarilla.
Donde hambrientas y anhelosas se retuercen las lombrices...
¡Está la vida!
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