lunes, 26 de mayo de 2014

OPHELIA- (SONETO ESPEJADO CON ESTRAMBOTE)- D. A. VASQUEZ RIVERO.




OPHELIA

- ¿Dónde han quedado, mi niña adorada,
tantos consejos?- Pregunta, Laertes.
- Con los nenúfares blandos e inertes
flotan y ocultan mi angustia enredada.

- ¡Seca tu espíritu y vuélvete un hada!
¿No es el amor vencedor de las muertes?
- Créeme, hermano, que cuando despiertes
campos Elíseos serán mi morada.

- Mira tu lívido vientre sagrado,
brótanle adelfa, cicuta y ricino.
¿Fue en tu demencia su jugo probado?

- Sé que he seguido un siniestro camino
desde que vi a nuestro padre enterrado
por la venganza de un torpe asesino.

- ¡Hamlet!¡Tendrás de Polonio el destino
cuando al hallarte, iracundo y cegado,
manche con sangre tu pecho ladino!

Has de encontrarte este rostro ovalado,
triste e impregnado en un llanto marino...
¡Júrote, pronto estarás a su lado!

- Tengo en el légamo mi honra licuada
y en tu fraterna mirada no adviertes;
esta, yo creo, es la peor de las suertes:
Dar por linaje una espuma estancada.

- ¡Poco me importa, mi nombre es la nada!
Cántame, Ofelia. Cantando conviertes
lágrima en pluma de un par de alas fuertes
con las que puedes flotar liberada.

(Pronto su diálogo muta en canciones
y ambos se alejan de aquel camposanto
juntos y en paz a las altas regiones.)





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